viernes, 21 de junio de 2013

Música y poesía




Mira cómo se me pone 

la piel cuando te recuerdo.

un río de sangre fresco 
de la herida que atraviesa 
de parte a parte mi cuerpo. 
Tengo clavos en las manos 
y cuchillos en los dedos 
y en mi sien una corona 
hecha de alfileres negros.
la piel ca vez que me acuerdo 
que soy un hombre casao 
y sin embargo, te quiero.
hay un muro de silencio, 
de ortigas y de chumberas, 
de cal, de arena, de viento, 
de madreselvas oscuras 
y de vidrios en acecho. 
Un muro para que nunca 
lo pueda saltar el pueblo 
que anda rondando la llave 
que guarda nuestro secreto. 
¡Y yo sé bien que me quieres! 
¡Y tú sabes que te quiero! 
Y lo sabemos los dos 
y nadie puede saberlo.
de nuestro amor en silencio! 
¡Ay, qué alegría, alegría, 
quererte como te quiero!
me quedo con tu recuerdo 
derribaría la pared 
que separa nuestro sueño, 
rompería con mis manos 
de tu cancela los hierros, 
con tal de verme a tu vera, 
tormento de mis tormentos, 
y te estaría besando 
hasta quitarte el aliento. 
Y luego, qué se me daba 
quedarme en tus brazos muerto.
quererte como te quiero!
luto, angustia, llanto, miedo, 
muerte, pena, sangre, vida, 
luna, rosa, sol y viento. 
Es morirse a cada paso 
y seguir viviendo luego 
con una espada de punta 
siempre pendiente del techo.
sólo con tu pensamiento, 
para acariciar a solas 
la tela de aquel pañuelo 
que se te cayó un domingo 
cuando venías del pueblo 
y que no te he dicho nunca, 
mi vida, que yo lo tengo. 
Y lo estrujo entre mis manos 
lo mismo que un limón nuevo, 
y miro tus iniciales 
y las repito en silencio 
para que ni el campo sepa 
lo que yo te estoy queriendo.
—vida, no vuelvas a hacerlo— 
te vi besar a mi niño, 
a mi niño el más pequeño, 
y cómo lo besarías 
—¡ay, Virgen de los Remedios!— 
que fue la primera vez 
que a mí me distes un beso. 
Llegué corriendo a mi casa, 
alcé mi niño del suelo 
y sin que nadie me viera, 
como un ladrón en acecho, 
en su cara de amapola 
mordió mi boca tu beso.
quererte como te quiero!
aunque se hunda el firmamento, 
aunque tu nombre y el mío 
lo pisoteen por el suelo, 
y aunque la tierra se abra 
y aun cuando lo sepa el pueblo 
y ponga nuestra bandera 
de amor a los cuatro vientos, 
sígueme queriendo así, 
tormento de mis tormentos.
quererte como te quiero!


Por la garganta me sube 
Mira cómo se me pone 
Entre tu casa y mi casa 
¡Ay, pena, penita, pena 
Cuando por la noche a solas 
¡Ay, qué alegría y qué pena 
Nuestro amor es agonía, 
Salgo de mi casa al campo 
Ayer, en la Plaza Nueva, 
¡Ay, qué alegría y qué pena 
Mira, pase lo que pase, 
¡Ay, qué alegría y qué pena 









Puesto por:  Clara I. Moret

viernes, 7 de junio de 2013

Nunca mas


Casi lloro por tí, pero 
ya nunca mas volverás a verme
Todas las noche y días que te dí,
al olvido se han ido.
Te entregue la vida, mi  ser por completo
no deje sobras.
Para siempre solo pasa una vez en la vida
y esto también te lo di.
Pero ya no importa lo que hagas,
nunca mas volverás a verme,
aunque algún día llore por ti.


Autora:  Clara Ivette Moret Rojas
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jueves, 6 de junio de 2013

Mi lápiz rojo

El arte puede tener origen o inspiración en los sitios u objetos menos esperados. Este es solo un simple ejemplo curioso.


Este es un poema sobre mi lápiz rojo.

Mi lápiz rojo es cilíndrico
con un extremo puntiagudo,
por donde sale el carbón, 
que es el que deja mi huella
en el papel.

Esa huella, transportada por
mi lápiz a través del papel,
se graba, por medio de los ojos,
en la mente de mi lector.

De esta manera es 
que dejo mi huella en el alma
de mi lector, porque
como dice la gente, los ojos
son la avenida que llevan al alma.
  
Autora: Clara Ivette Moret Rojas
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